Mayo, mes de María

MAYO, MES DE LA VIRGEN MARÍA.

El mes de Mayo, se ha consagrado tradicionalmente a la Madre de Dios. Es costumbre que durante todos los días, se realice el llamado Ejercicio del Mes de las Flores, donde cada día, junto con la flor que se coloca a Sus plantas, le ofrezcamos a la Virgen algo de nuestro ser, algo que nos cueste realizar, un trabajo, una promesa... Igualmente, aprendemos con este Ejercicio piadoso, algo nuevo sobre los dones y prerrogativas con los que Dios cubrió a María Santísima, Madre de Dios y Madre Nuestra, Reina del Mar.

EJERCICIO DEL MES DE LAS FLORES:

PARA TODOS LOS DÍAS:

Venid y vamos todos con flores a porfía,
con flores a María, que Madre nuestra es.
De nuevo aquí nos tienes, purísima doncella,
más que la luna, bella, postrados a tus pies.
Venimos a ofrecerte las flores de este suelo,
con cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo ves.
Por ellas te rogamos, si cándidas te placen,
las que en la gloria nacen, en cambio, tú nos des.

DÍA 23: AUXILIO DE LOS CRISTIANOS.

Es en el invierno que los camelios nos regalan su flor. Cuando la naturaleza parece estar muerta por la crudeza del invierno las camelias vienen a alegrarnos con su delicada belleza.

Así también nuestra Madre María se hace especialmente presente a nuestro lado cuando llega el rígido invierno a nuestra vida y a nuestro corazón.

María nos acompaña en los momentos de tribulación y de angustia, en las circunstancias duras y difíciles cuando nos vemos sumidos en la noche del dolor. María nos hace notar su presencia maternal en las horas de amargura y llanto.

Ella es la Madre que viene a derramar el bálsamo del consuelo y de la dulzura sobre nuestras llagas y heridas.

Es especialmente en esas horas de dificultad que resuenan en lo íntimo del corazón las palabras que Cristo nos dirige a cada uno con amor inmenso: "Hijo, ahí tienes a tu Madre"(Jn 19, 27)

A lo largo de la historia los cristianos y la Iglesia no han dudado en acudir a María en los momentos de especial dificultad, y la Madre siempre ha escuchado el clamor de sus hijos mostrándose como Auxilio, Socorro, Abogada y Mediadora nuestra ante su Hijo.

En el invierno de las almas y de la Iglesia, Ella ha hecho y hace florecer siempre su ternura maternal.

San Luis María Grignion de Montfort dice  que "María debe resplandecer más que nunca en misericordia, en poder y en gracia, en estos últimos tiempos". No es extraña esa convicción del Santo de la Verdadera Devoción y de la Santa Esclavitud mariana.

María resplandece hoy más que nunca en misericordia porque la debilidad de sus hijos es extrema al diluirse la conciencia de pecado.

Ofrecemos la flor correspondiente en este día a la Santísima Virgen María: LA CAMELIA.

Fruto obtenido de este piadoso Ejercicio Mariano: vivir unidos a María, Nuestra Madre.

ORACIÓN FINAL: ¡Oh hermosa Señora, Reina del Mar, nos alegramos en tu Hijo Resucitado ya que Dios te ha amado tanto para hacerte Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre de Su Hijo Unigénito!. Amén.


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