Mayo, mes de María

MAYO, MES DE LA VIRGEN MARÍA.

El mes de Mayo, se ha consagrado tradicionalmente a la Madre de Dios. Es costumbre que durante todos los días, se realice el llamado Ejercicio del Mes de las Flores, donde cada día, junto con la flor que se coloca a Sus plantas, le ofrezcamos a la Virgen algo de nuestro ser, algo que nos cueste realizar, un trabajo, una promesa... Igualmente, aprendemos con este Ejercicio piadoso, algo nuevo sobre los dones y prerrogativas con los que Dios cubrió a María Santísima, Madre de Dios y Madre Nuestra, Reina del Mar.

EJERCICIO DEL MES DE LAS FLORES:

PARA TODOS LOS DÍAS:

Venid y vamos todos con flores a porfía,
con flores a María, que Madre nuestra es.
De nuevo aquí nos tienes, purísima doncella,
más que la luna, bella, postrados a tus pies.
Venimos a ofrecerte las flores de este suelo,
con cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo ves.
Por ellas te rogamos, si cándidas te placen,
las que en la gloria nacen, en cambio, tú nos des.

DÍA 14: MADRE DE LA IGLESIA Y DE TODOS LOS HOMBRES.

Te damos gracias, Señor, por habernos dado como Madre a tu propia Madre. Nos la diste por Madre cuando expirabas en la Cruz y mirando al Apóstol Juan, tu discípulo amado, nos mirabas a cada uno de nosotros, al tiempo que nos decías: "Ahí tienes a tu Madre"(Jn 19, 27). El don de la Madre es el zenit de tu amor por nosotros. Así lo has querido expresar públicamente al hacernos su entrega cuando habiendo amado a los tuyos que estaban en el mundo los amaste hasta el extremo (Cf Jn 13,1). Tu amor hasta el extremo por nosotros ha quedado sellado eternamente con la entrega de tu propia vida y con la entrega de tu Madre. En esa entrega total se nos revela y manifiesta el amor sin medida del Padre que nos da al Hijo Unigénito y por Él, con Él y en Él nos colma de gracia y bendición.

La maternidad espiritual de María forma parte esencial del designio de amor de nuestro Padre Dios. A través de Ella, de su corazón maternal, se nos acerca el amor de las tres divinas Personas. Es como la fuente que nos regala el agua del manantial que es Dios-Amor.

El santo evangelio nos dice que "desde aquella hora el discípulo la recibió como suya" (Jn 19, 27). María es nuestra Madre en el orden de la gracia. Es Madre de los redimidos y Madre de todos los hombres, porque con su sí a Dios en la Encarnación, asociada a los dolores y sufrimientos de su Hijo, y con la donación de Jesús en la Cruz como Virgen y Madre oferente ha contribuido a la restauración de la vida sobrenatural en las almas.

Si por Eva entró la muerte en el mundo, por María nos vino la vida. Por eso es nuestra Madre.

Ofrecemos la flor correspondiente en este día a la Santísima Virgen María: LA ADELFA.

Fruto obtenido de este piadoso Ejercicio Mariano: el amor filial a María.

ORACIÓN FINAL: ¡Oh hermosa Señora, Reina del Mar, nos alegramos en tu Hijo Resucitado ya que Dios te ha amado tanto para hacerte Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre de Su Hijo Unigénito!. Amén.



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