Mayo, mes de María

MAYO, MES DE LA VIRGEN MARÍA.

El mes de Mayo, se ha consagrado tradicionalmente a la Madre de Dios. Es costumbre que durante todos los días, se realice el llamado Ejercicio del Mes de las Flores, donde cada día, junto con la flor que se coloca a Sus plantas, le ofrezcamos a la Virgen algo de nuestro ser, algo que nos cueste realizar, un trabajo, una promesa... Igualmente, aprendemos con este Ejercicio piadoso, algo nuevo sobre los dones y prerrogativas con los que Dios cubrió a María Santísima, Madre de Dios y Madre Nuestra, Reina del Mar.

EJERCICIO DEL MES DE LAS FLORES:

PARA TODOS LOS DÍAS:

Venid y vamos todos con flores a porfía,
con flores a María, que Madre nuestra es.
De nuevo aquí nos tienes, purísima doncella,
más que la luna, bella, postrados a tus pies.
Venimos a ofrecerte las flores de este suelo,
con cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo ves.
Por ellas te rogamos, si cándidas te placen,
las que en la gloria nacen, en cambio, tú nos des.

DÍA 7: MARÍA, PARAÍSO DE DIOS.

Cuando contemplamos las maravillas de la creación nuestro corazón se siente embargado por la admiración, el estupor, el éxtasis.

No hay palabras para definir la belleza de un amanecer o de una puesta de sol, la inmensidad del firmamento plagado de estrellas lucientes, las olas batientes del mar que rompen contra el acantilado o aquellas otras que vienen a morir suavemente en la arena de la playa.

No es fácil transmitir las sensaciones que nos provocan la belleza delicada de la infinidad de flores, sus colores y sus perfumes. Las montañas nevadas, los bosques y las selvas con su vegetación exuberante, el vuelo de las aves, el canto de los pájaros, el fragor de los ríos, la variedad casi infinita de especies animales.

En el libro abierto de la creación podemos entrever tan sólo un pálido destello de la belleza, de la sabiduría, de la dulzura y de la omnipotencia del Creador. ¿Y el ser humano con su memoria, su capacidad de razonar, su inteligencia, sus afectos, su sentimientos, sus cualidades para componer música y poesía, para pintar y esculpir y construir?

En todo ello podemos ver la mano de Dios, la obra de Dios.
Dios es el único que además de crear de la nada todas las cosas, ha podido también crear directamente a Aquella criatura elegida por Él desde toda la eternidad para ser la Madre de su Hijo hecho hombre, la Madre de Dios.

Después de Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, no hay criatura alguna que pueda igualarse a María. La belleza de María reside en su interior.

Ofrecemos la flor correspondiente en este día a la Santísima Virgen María: LA FLOR DEL NARCISO.

Fruto obtenido de este piadoso Ejercicio Mariano: la belleza interior por la práctica de las virtudes.

ORACIÓN FINAL: ¡Oh hermosa Señora, Reina del Mar, nos alegramos en tu Hijo Resucitado ya que Dios te ha amado tanto para hacerte Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre de Su Hijo Unigénito!. Amén.



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