Mayo, mes de María

EJERCICIO DEL MES DE LAS FLORES:

PARA TODOS LOS DÍAS:

Venid y vamos todos con flores a porfía, con flores a María, que Madre nuestra es...

DÍA 31: REINA ASUNTA AL CIELO.

¡Qué hermoso jardín aquel de la Asunción de la Virgen al cielo! Brotó del sepulcro, como un venero de agua, con la fuerza sideral de quien tiene en el cielo su término y su mar, en el que ha de descansar eternamente, reinando en cuerpo y alma como confesamos y creemos con la confianza que de María, primicia de los mortales, ha seguido a Cristo al cielo para que también nosotros aspiremos a las realidades de la gloria.

No pudo expresarse de mejor manera la nueva vida que comenzaba la Iglesia. Desde Pentecostés hasta la Asunción, hay un largo tiempo de silencio e intimidad, como ese tiempo que las flores, en su tallo verde, aguardan el instante preciso para volcar sobre el mundo su belleza, efímera pero sostenible...una de las bellezas más hermosas del mundo por mantenerse grácil a pesar de haber sido arrancadas.

Las flores de la Asunción son las que ofrecemos al final de este día. María, que "fue aprisa a la montaña", y al encontrar a Santa Isabel "saltó la criatura de gozo" en el vientre de la anciana, toma otro camino esperanzado y feliz: el de su glorificación para entregarse del todo a Dios, todo amor y toda belleza.

Pongamos a las plantas de la Virgen las flores de nuestras particulares asunciones: abandonemos los sepulcros blanqueados de nuestra indiferencia y disgusto, y acercándonos a los más desfavorecidos y a los que sufren, renunciemos a las flores y riquezas que nos sobran para, purificados en la humildad como las flores, demos lo mejor de nosotros mismos hasta ser llamados al cielo por el Padre de Misericordia.

Ofrecemos la flor correspondiente en este día a la Santísima Virgen María: EL CLAVEL.

Fruto obtenido de este piadoso Ejercicio Mariano: la cercanía con Dios nuestro Padre.

ORACIÓN FINAL: ¡Oh hermosa Señora, Reina del Mar, nos alegramos en tu Hijo Resucitado ya que Dios te ha amado tanto para hacerte Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre de Su Hijo Unigénito!. Amén.



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