SABATINA A LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL MAR, PATRONA DE ALMERÍA.
Hoy sábado, 21 de agosto, saludamos a Nuestra Madre, la Santísima Virgen del Mar, Patrona de Almería, con el piadoso Ejercicio Sabatino.
ORACIÓN INICIAL:
¡Oh, Señora mía! ¡Oh, Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a Vos y, en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón... En una palabra: todo mi ser. Y ya que soy todo vuestro, ¡oh Madre de bondad!, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén.
JACULATORIAS:
1ª. Os venero con todo mi corazón, Virgen Santísima, más que a todos los ángeles y santos del Paraíso, como a Hija del Eterno Padre y os consagro mi alma con todas sus potencias.
Dios te salve, María...
2ª. Os venero con todo mi corazón, Virgen Santísima, más que a todos los ángeles y santos del Paraíso, como a Madre del Unigénito Hijo y os consagro mi cuerpo con todos sus sentidos.
Dios te salve, María...
3ª. Os venero con todo mi corazón, Virgen Santísima, más que a todos los ángeles y santos del Paraíso, como a Esposa querida del Divino Espíritu y os consagro mi corazón con todos sus afectos, rogándoos me obtengáis de la Santísima Trinidad todas las gracias necesarias para mi salvación.
Dios te salve, María...
ORACIÓN DE SAN BERNARDO.
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los han acudido a Vos, invocando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de vos. Animado por esta confianza a Vos también acudo, oh Virgen, Madre de las Vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecado, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No despreciéis mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y recibidlas amablemente. Así sea.
PLEGARIA A LA SANTÍSIMA VIRGEN EN TIEMPO DE EPIDEMIA.
Estrella del cielo que crió al Señor, destruye la plaga de la muerte, introducida al mundo por el progenitor de los hombres.
Aplaca, ¡oh estrella! al cielo que iracundo contra la tierra, destruye pueblos con la cruel peste de la muerte.
¡Oh, gloriosa estrella del mar, sálvanos de la plaga.
Sé propicia a nuestras oraciones, ¡oh, Señora!, porque tu hijo, que nada te niega, te honra.
¡Oh, Jesús!, sálvanos, para quien la Virgen Madre, te suplica.
V/. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo. Amén.
ORACIÓN.
Dios de misericordia, Dios de piedad, Dios de indulgencia, que eres compasivo sobre la aflicción de tu pueblo, y dijiste al Ángel que iba a herir a tu pueblo: "Detén tu mano" (2S 24, 16), por amor a su estrella gloriosa, de cuyo seno precioso sacaste un antídoto contra el veneno de nuestros delitos: presta el auxilio de tu gracia, contra toda peste, y líbranos de la muerte imprevista, y de toda perdición seamos librados por tu misericordia. Por ti, Jesucristo, Rey de la Gloria, Salvador del mundo, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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