MAYO, MES DE LA VIRGEN MARÍA.
El mes de Mayo, se ha consagrado tradicionalmente a la Madre de Dios. Es costumbre que durante todos los días, se realice el llamado Ejercicio del Mes de las Flores, donde cada día, junto con la flor que se coloca a Sus plantas, le ofrezcamos a la Virgen algo de nuestro ser, algo que nos cueste realizar, un trabajo, una promesa... Igualmente, aprendemos con este Ejercicio piadoso, algo nuevo sobre los dones y prerrogativas con los que Dios cubrió a María Santísima, Madre de Dios y Madre Nuestra, Reina del Mar.
EJERCICIO DEL MES DE LAS FLORES:
PARA TODOS LOS DÍAS:
Venid y vamos todos con flores a porfía,
con flores a María, que Madre nuestra es.
De nuevo aquí nos tienes, purísima doncella,
más que la luna, bella, postrados a tus pies.
Venimos a ofrecerte las flores de este suelo,
con cuánto amor y anhelo, Señora, tú lo ves.
Por ellas te rogamos, si cándidas te placen,
las que en la gloria nacen, en cambio, tú nos des.
DÍA 10: NUESTRA SEÑORA DEL MAGNIFICAT.
"Pues ¿quién te hace superior a los demás? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido?" (1 Cor 4, 7)
Nuestro entorno nos empuja frecuentemente a asumir contravalores que están en contradicción con el mensaje de Jesús y con el estilo de vida cristiana. La competitividad sin escrúpulos y al margen de la caridad, la búsqueda del bien personal sin reparar en las necesidades del prójimo, el triunfo como medio para alcanzar poder, el egoísmo y la vanagloria, etc.
Cuando se oscurece la conciencia de Dios el ser humano se idolatra a sí mismo llegando a pensar que el mundo está en sus manos. Llega a pensar que a nadie le debe nada y que todo se lo debe a sí mismo, a su esfuerzo, a sus capacidades, a sus artimañas, a su fuerza o a sus golpes de suerte.
De esta forma se va haciendo cada vez más insensible, más orgulloso y vanidoso. Una vez más, se deshumaniza y se aleja de su crecimiento espiritual y de la vida sobrenatural la que llega a considerar innecesaria, inexistente.
En María, criatura en la que la humanidad alcanza su perfección por la gracia y los méritos de su Hijo, observamos la posición contraria.
Su punto de partida es siempre el de criatura humilde y agraciada. Es consciente en todo momento de que todo lo ha recibido de Dios y por eso no presume como si no lo hubiera recibido. Por el contrario, su clarividencia la mueve a vivir en constante acción de gracias: "Proclama mi alma la grandeza del Señor..." Ofrecemos la flor correspondiente en este día a la Santísima Virgen María: EL FAROLILLO DE LOS CÁRPATOS.
Fruto obtenido de este piadoso Ejercicio Mariano: ser agradecidos con Dios y con el prójimo.
ORACIÓN FINAL: ¡Oh hermosa Señora, Reina del Mar, nos alegramos en tu Hijo Resucitado ya que Dios te ha amado tanto para hacerte Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre de Su Hijo Unigénito!. Amén.
DÍA 10: NUESTRA SEÑORA DEL MAGNIFICAT.
"Pues ¿quién te hace superior a los demás? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido?" (1 Cor 4, 7)
Nuestro entorno nos empuja frecuentemente a asumir contravalores que están en contradicción con el mensaje de Jesús y con el estilo de vida cristiana. La competitividad sin escrúpulos y al margen de la caridad, la búsqueda del bien personal sin reparar en las necesidades del prójimo, el triunfo como medio para alcanzar poder, el egoísmo y la vanagloria, etc.
Cuando se oscurece la conciencia de Dios el ser humano se idolatra a sí mismo llegando a pensar que el mundo está en sus manos. Llega a pensar que a nadie le debe nada y que todo se lo debe a sí mismo, a su esfuerzo, a sus capacidades, a sus artimañas, a su fuerza o a sus golpes de suerte.
De esta forma se va haciendo cada vez más insensible, más orgulloso y vanidoso. Una vez más, se deshumaniza y se aleja de su crecimiento espiritual y de la vida sobrenatural la que llega a considerar innecesaria, inexistente.
En María, criatura en la que la humanidad alcanza su perfección por la gracia y los méritos de su Hijo, observamos la posición contraria.
Su punto de partida es siempre el de criatura humilde y agraciada. Es consciente en todo momento de que todo lo ha recibido de Dios y por eso no presume como si no lo hubiera recibido. Por el contrario, su clarividencia la mueve a vivir en constante acción de gracias: "Proclama mi alma la grandeza del Señor..." Ofrecemos la flor correspondiente en este día a la Santísima Virgen María: EL FAROLILLO DE LOS CÁRPATOS.
Fruto obtenido de este piadoso Ejercicio Mariano: ser agradecidos con Dios y con el prójimo.
ORACIÓN FINAL: ¡Oh hermosa Señora, Reina del Mar, nos alegramos en tu Hijo Resucitado ya que Dios te ha amado tanto para hacerte Hija del Padre, Esposa del Espíritu Santo y Madre de Su Hijo Unigénito!. Amén.
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